En 2013 vivía en Italia y el dinero no alcanzaba. Solo trabajaba mi esposo, los gastos superaban a los ingresos y cada mes tocaba “pedir prestado”. Un día me dije: “esto tiene que cambiar”. Empecé con afirmaciones sencillas —“tengo mucho dinero, el dinero me sobra; plata es lo que hay”— y con el tiempo vi microcambios: mejores decisiones, oportunidades que antes ignoraba y menos miedo al hablar de números. No fue magia: fue intención, observación, gratitud, visualización con plan y fe. Eso es lo que practico y te comparto.
Qué es (y qué no es) la ley de la atracción
Para mí, la ley de la atracción es un marco mental y de hábitos: lo que pienso y siento orienta mi atención; mi atención guía mis decisiones; y mis decisiones sostienen mis resultados. No la uso como excusa para no actuar ni como justificación “cuántica” de todo: la uso como una herramienta práctica para entrenar foco, emociones y conducta.
Lo que sí hago:
- Definir intención cada mañana.
- Entrenar mi radar para ver señales y oportunidades.
- Practicar gratitud (también con lo difícil) para aprender y soltar.
- Visualizar con un plan realista, números y calendario.
- Sostener fe y constancia, incluso cuando el resultado tarda.
Lo que no hago: esperar resultados sin mover un dedo, aceptar cualquier cosa por “señal”, o usar palabras rimbombantes para tapar falta de acción.
Orígenes y popularización de la ley de atracción
Quizá la conociste por El Secreto, por Esther y Jerry Hicks, por autores como Napoleon Hill, Wayne Dyer o Louise Hay. Yo me quedo con lo aplicable: traducir ideas a rutinas diarias que acerquen a tus metas (dinero, clientes, oportunidades, serenidad).
Hay debate y críticas; perfecto. Por eso combino mentalidad + métricas. Afirmo y visualizo, sí; y a la vez mido ingresos, reviso hábitos financieros y cumplo micro-acciones semanales. Espíritu y método, juntos.
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Mis 5 claves para atraer (con ejemplos reales)
stas cinco llaves nacen de mi práctica diaria. Te dejo microinstrucciones para probar hoy mismo.
1) Intención matinal: programo el día
Una frase, en presente y positiva. Ej.: “Hoy ayudo al máximo número de personas”. Desde ahí, todo lo que aparece (el reel que publico, un DM, alguien en la calle) es terreno de validación de esa intención.
Cómo aplico (3’): escribo la intención del día, elijo 1 micro-acción alineada, y por la noche me puntúo del 1 al 5 en coherencia.
2) Ser observadora: detectar señales y oportunidades
Si no observo, no sé si estoy atrayendo. Un email inesperado, cuatro ofertas “no perfectas”, una invitación a colaborar: son datos. No todo es para decir “sí”, pero nada se ignora.
Práctica (5’): anota 3 señales del día y decide: respondo, investigo o declino. Lo importante es elegir.
3) Gratitud radical: convertir todo en combustible
Agradezco lo cómodo porque reafirma abundancia. Agradezco lo incómodo porque revela patrones de escasez y me enseña qué mejorar. Cuando una oferta no era “la ideal”, la usaba para practicar, hacer contactos o ganar confianza.
Ejercicio (3 pasos): 3 agradecimientos (1 difícil) → 1 aprendizaje en una frase → 1 acción que ese aprendizaje me sugiere.
4) Visualizar con plan (mi Google Maps)
Visualizar no es fantasear: es definir destino y ruta. Ej.: “Ingreso mensual de X € en 6 meses”. Luego trazo rutas (servicios, productos, alianzas), pongo hitos mensuales y reservo bloques en calendario. Sin agenda, la visualización se diluye.
Plantilla exprés: destino (número y fecha) → 3 rutas → 3 hitos → 5 bloques semanales.
5) Fe inamovible: certeza sin fecha de caducidad
“Pase lo que pase, sé que va a llegar.” No sé ni cómo ni cuándo, pero sigo. La fe no reemplaza la acción: la sostiene cuando la mente quiere abandonar.
Mi libro: 30 ejercicios para atraer abundancia (cómo lo uso y qué incluye)
Este enfoque me cambió tanto que, viviendo en Filipinas, decidí escribir un manual práctico con lo que me funcionó. Así nació “30 ejercicios para atraer abundancia”: una guía con ejercicios propios y otros inspirados en mis mentores y lecturas, pensada para entrenar tu mente hacia la prosperidad en pocos minutos al día.
Qué encontrarás dentro:
- 30 ejercicios cortos que activan intención, observación, gratitud, visualización con plan y fe.
- Instrucciones paso a paso y ejemplos cotidianos.
- Espacios para registrar señales, aprendizajes y avances.
- Formato digital y físico para que elijas como prefieras leer y practicar.
Cómo lo recomiendo usar:
- Elige 1 objetivo (dinero, clientes, oportunidades).
- Haz 1 ejercicio al día (5–15’), sin saltarte la parte de escribir.
- Lleva un registro de señales, contactos y cifras (sí, números).
- Cada 7 días ajusta: repite lo que funciona, elimina lo que distrae.
5 ejercicios de muestra (versión abreviada):
- Intención 1×1: una línea + una acción de hoy.
- Radar de señales: 3 oportunidades; decide si respondes, investigas o declinas.
- Gratitud difícil: transforma una molestia en aprendizaje + acción.
- Mapa de meta: número/fecha, 3 rutas, 3 hitos, 5 bloques.
- Fe en acción: convierte una duda (“¿y si no sale?”) en afirmación operativa + la próxima acción de 10 minutos.
👉 Consíguelo aquí (disponible en digital y físico).
Dinero y abundancia: lo que a mí me funcionó
En plena escasez empecé con afirmaciones concretas:
“Tengo mucho dinero. El dinero me sobra. Plata es lo que hay.”
Las repetía a diario, durante años, y a la par hice cambios simples: ordenar cuentas, hablar de precios con claridad, enviar propuestas sin miedo. Lo que noté no fue un “milagro instantáneo”, sino decisiones más valientes y mejores oportunidades detectadas (y aprovechadas).
Cómo adaptar mis afirmaciones a ti:
- Presente + identidad + acción: “Cobro X € por mi trabajo”, “Soy quien ahorra el 10% cada mes”.
- Añade números y plazos sensatos (90 días, 6 meses).
- Repite sin obsesionarte y mide: saldo neto, ingresos por fuente, leads creados, hábitos financieros.
Métricas mínimas que reviso:
- Saldo neto mensual (ingresos – gastos).
- Ingresos por fuente (diversificar).
- Oportunidades creadas (reuniones, propuestas, DMs).
- Hábitos (porcentaje ahorrado/invertido).
Errores comunes y mitos de la ley de atracción (y cómo los evito)
- Esperar magia sin acción. Cada afirmación va casada con 1 micro-acción.
- Decir sí a todo “porque es señal”. Ser observadora es elegir lo alineado.
- Usar “cuántica” como comodín. Prefiero foco, emoción y conducta: lo que sí puedo entrenar y medir.
- Obsesionarme con el “cuándo”. Mi mantra: confío en el proceso y sigo.
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Preguntas que me hacen mis alumnas sobre la ley de atracción
Te comparto las principales preguntas que me hacen mis alumnas de la Academia de Abundancia y que puede que tu también tengas. NO olvides que si quieres sentirte acompañada y aprender a manifestar tus objetivos, puedes inscribirte en la Academia de Abundancia.
¿Cuánto tarda en verse algo?
Depende. Yo vi señales en semanas y cambios sólidos con meses de constancia. La clave es no mezclar impaciencia con decisiones.
¿Y si me llegan ofertas que no quiero?
Agradece, evalúa y decide. A veces son escalones para practicar o generar contactos. No todo lo que aparece es para decir “sí”, pero nada se ignora.
¿Qué hago si las afirmaciones me suenan falsas?
Reduce la intensidad: “Estoy aprendiendo a…” + una acción concreta hoy. La acción legitima la frase.
¿Se puede aplicar a salud o relaciones?
Sí. Cambia el destino y las métricas, mantiene el sistema: intención + observación + gratitud + visual/plan + fe.
¿Cada cuánto reviso el rumbo?
Semanalmente; y cuando completes los 30 ejercicios, haz un cierre, celebra lo logrado y planifica tu siguiente ciclo.
La ley de la atracción, bien usada, no es un conjuro: es un sistema para ordenar la mente y alinear la acción. Si hoy estás pensando “esto tiene que cambiar”, empieza con mis 5 claves, prueba los ejercicios y repite conmigo: “tengo mucho dinero, el dinero me sobra; plata es lo que hay”… y acompáñalo con una micro-acción ahora mismo.
Si quieres mi guía paso a paso, aquí está mi libro “30 ejercicios para atraer abundancia” en digital y físico
Te mando un abrazo mágico desde la distancia y con el corazón
Linda Monroy 😉
